8.5.16

Momento de Misericordia


«Oh Dios mío, cómo es dulce sufrir por Ti, sufrir en los rincones más secretos del corazón, muy ocultamente, arder como una víctima sin ser vista por nadie, pura como el cristal, sin consolación alguna ni compasión. Mi espíritu arde con el amor activo, no pierdo tiempo en ninguna fantasía, tomo cada momento por separado, ya que esto está en mi poder; el pasado no me pertenece, el futuro no [es] mío, el tiempo presente trato de aprovecharlo con toda el alma». [Diario, 351]

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ORACIÓN PARA EL AÑO DE LA MISERICORDIA

Señor Jesucristo, 
tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, 
y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. 
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. 
Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; 
a la adúltera y a la Magdalena del buscar la felicidad solamente en una creatura; 
hizo llorar a Pedro luego de la traición, 
y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. 
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: 
¡Si conocieras el don de Dios! 

Tú eres el rostro visible del Padre invisible, 
del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: 
haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. 
Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad 
para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: 
haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. 

 Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción 
para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor 
y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres 
proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos 
y restituir la vista a los ciegos. 

Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, 
a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. 
Amén.

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