Misericordiae Vultus
«Desde el corazón de la Trinidad, desde la intimidad más profunda del misterio de Dios, brota y corre sin parar el gran río de la misericordia... La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la misericordia no deje a ninguno indiferente»
Misericordiae Vultus
«La misericordia en la Sagrada Escritura es la palabra clave para indicar el actuar de Dios hacia nosotros... Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro... Misericordia: es la vía que une a Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado»
Misericordiae Vultus
«Jesucristo es el rostro de la Misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret... Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de la Santísima trinidad»
Misericordiae Vultus
«La vida es una peregrinación y el ser humano es viator, un peregrino que recorre su camino hasta alcanzar la meta anhelada... La peregrinación es imagen del camino que cada persona realiza en su existencia. Signo del hecho que también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso y sacrificio»
Misericordiae Vultus
«La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia... La Iglesia está llamada a ser el primer testigo veraz de la misericordia, profesándola y viviéndola como el centro de la Revelación de Jesucristo... nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia»
Misericordiae Vultus
«La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo... La Iglesia vive la comunión de los santos. En la Eucaristía esta comunión, que es don de Dios, actúa como unión espiritual que nos une a los creyentes con los santos y los beatos cuyo número es incalculable»
Misericordiae Vultus
«El sacramento de la Reconciliación nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia... La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud... Jesús se inclina a mostrar el gran don de la misericordia que busca a los pecadores para ofrecerles el perdón y la salvación. »
31.1.16
Momento de Misericordia
24.1.16
Momento de Misericordia
17.1.16
Momento de Misericordia
10.1.16
Momento de Misericordia
5.1.16
Devoción a la Divina Misericordia
Entre estas acciones figuran lo que llamamos devociones: actitudes específicas, oraciones y prácticas religiosas que expresan y nutren nuestra devoción, nuestra consagración total a Dios.
De los escritos plasmados en el diario de una joven monja polaca llamada Sor (Santa) Faustina Kowalska, ha surgido una devoción especial a la misericordia de Dios, expresada en diversas prácitas devocionales. Aunque el mensaje no es nada nuevo, sino sólo un recordatorio de lo que la Iglesia siempre ha enseñado: que Dios es misericordioso, que Él perdona y que nosotros también debemos ser misericordiosos y perdonar.
En la devoción a la Divina Misericordia este mensaje asume un nuevo enfoque poderoso, ya que nos llama a una comprensión más profunda de que el amor de Dios no tiene límites y que está disponible para todos, especialmente para los pecadores más grandes. La devoción a la Divina Misericordia supone un compromiso total a Dios como la Misericordia Misma. Es la decisión de aceptar Su misericordia con agradecimiento, de confiar en Él por completo y de ser misericordioso como Él es misericordioso.
Las prácticas devocionales propuestas en el Diario de Sor (Santa) Faustina y extractadas gracias al exahustivo estudio del teólogo y sacerdote, Padre profesor Ignacio Różycki, en la disertación titulada "La Divina Misericordia. Líneas fundamentales de la devoción a la Divina Misericordia", están totalmente de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia, y tienen sus raíces sólidamente ancladas en el mensaje del Evangelio de nuestro Salvador Misericordioso.
Podemos estar seguros de que, si pedimos la misericordia del Señor, y confiamos en Su misericordia en nuestras vidas, gozaremos de esa maravillosa promesa expresada en forma de bienaventuranza: "Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia"